Más del 80% de la población mundial reside actualmente en áreas urbanas (una cifra que aumentará), lo que subraya la necesidad crítica de garantizar que las ciudades estén diseñadas para beneficiar tanto la salud humana como el planeta. Un informe reciente de las Naciones Unidas revela que la urbanización se está acelerando a nivel mundial, con profundas implicaciones para la sostenibilidad, la salud pública y el bienestar social.
La escala del crecimiento urbano
Durante décadas, la medición de la urbanización se ha visto obstaculizada por definiciones inconsistentes de lo que constituye un asentamiento “urbano” versus “rural”. Algunos países clasifican como urbanas áreas con tan solo 200 habitantes, mientras que otros requieren 50.000. Para abordar esto, los investigadores definieron las áreas urbanas como ciudades con al menos 50.000 habitantes y una densidad de 1.500 por kilómetro cuadrado, o pueblos con al menos 5.000 habitantes y una densidad de 300 por kilómetro cuadrado. Utilizando este estándar consistente, encontraron que el 45% de la población mundial vive en ciudades y el 36% en pueblos, lo que significa que el 81% de las personas son ahora habitantes urbanos.
Proyecciones de futuro: un mundo cada vez más urbano
Los modelos estadísticos sugieren que para 2050, el 83% de la población mundial vivirá en regiones urbanas. El número de residentes urbanos seguirá creciendo hasta 2050, mientras que se espera que la población rural alcance su punto máximo en la década de 2040, impulsada principalmente por el crecimiento demográfico en la República Democrática del Congo, antes de disminuir. Este cambio exige una planificación proactiva para mitigar las consecuencias negativas y maximizar los beneficios.
Impulsores regionales de la urbanización
Las fuerzas que impulsan la urbanización varían según la región. En Asia oriental y meridional, la migración interna (personas que se trasladan de las zonas rurales a las ciudades en busca de educación, empleo y oportunidades sociales) es el principal impulsor. Europa y América del Norte experimentan una urbanización significativa debido a la migración internacional. En el África subsahariana, las altas tasas de natalidad que superan las tasas de mortalidad contribuyen a esta tendencia.
La doble arista de la urbanización: beneficios y riesgos
La urbanización presenta tanto oportunidades como desafíos. Una planificación urbana cuidadosa puede promover el transporte energéticamente eficiente y reducir las emisiones de carbono. Sin embargo, una expansión mal planificada puede provocar una expansión urbana, una mayor dependencia del automóvil y mayores emisiones. Las ciudades también exponen a los residentes a la contaminación del aire, al calor extremo y a posibles riesgos para la salud, como enfermedades cardiovasculares y Alzheimer. Por el contrario, las ciudades brindan un mejor acceso a la atención médica, la educación y las redes sociales.
Implicaciones para la sostenibilidad y las políticas
Estas nuevas estimaciones son cruciales para evaluar el progreso hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible 11 de las Naciones Unidas: hacer que las ciudades sean inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles para 2030. Los hallazgos también servirán de base para los informes del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), que darán forma a las políticas para reducir el calentamiento global.
El camino a seguir: ciudades más verdes y habitables
El informe enfatiza la urgencia de diseñar ciudades que prioricen la habitabilidad. Esto significa invertir en espacios verdes, mejorar el transporte público y reducir la contaminación. El objetivo no es revertir la urbanización, sino hacer que las ciudades sean más saludables, más sostenibles y más equitativas para todos los residentes.
