Un nuevo estudio publicado en Environmental Research Letters revela un preocupante efecto secundario potencial de la intervención con aerosoles estratosféricos (SAI), una técnica propuesta para enfriar el planeta: reducción del contenido de proteínas en los principales cultivos alimentarios. Los científicos ahora están lidiando con la cuestión de si los beneficios de la SAI superan los riesgos, incluido este impacto potencialmente significativo en la nutrición global.
Comprensión de la intervención de aerosoles estratosféricos (SAI)
La SAI, a veces denominada geoingeniería solar, tiene como objetivo imitar el efecto de enfriamiento de las erupciones volcánicas. El concepto implica liberar dióxido de azufre en la estratosfera, donde se transforma en partículas microscópicas de ácido sulfúrico. Estas partículas forman una capa delgada que refleja una pequeña porción de la luz solar entrante, lo que reduce efectivamente las temperaturas globales. Algunos consideran que este enfoque es una herramienta potencial para mitigar los peores impactos del cambio climático, especialmente si las reducciones de emisiones resultan insuficientes.
Modelando el impacto en los cultivos globales
Investigadores de la Universidad de Rutgers utilizaron sofisticados modelos climáticos y de cultivos para examinar cómo el SAI afectaría los niveles de proteína en cuatro cultivos clave: maíz, arroz, trigo y soja. Estos cultivos son la principal fuente de carbohidratos para una gran parte de la población mundial, pero también proporcionan una parte importante de las proteínas de su dieta.
El estudio encontró una interacción compleja entre el aumento de los niveles de dióxido de carbono, la temperatura y la nutrición de los cultivos. Si bien el aumento de las concentraciones de CO2 generalmente disminuye el contenido de proteínas en los cultivos, las temperaturas más altas tienden a aumentarlo. El SAI contrarrestaría el efecto de calentamiento, lo que significa que el impacto negativo del aumento de CO2 en los niveles de proteínas no se compensaría, lo que conduciría a una reducción general de las proteínas.
Impactos desiguales y vulnerabilidades regionales
Los modelos indican que los efectos del SAI sobre las proteínas de los cultivos variarían significativamente entre las diferentes regiones. Las disminuciones más sustanciales se proyectan en países que ya enfrentan desnutrición y deficiencias de proteínas, lo que podría exacerbar los desafíos existentes en materia de seguridad alimentaria. Este efecto localizado resalta la distribución desigual de los riesgos y beneficios asociados con la EFS.
La EFS no contrarrestaría perfectamente los impactos del cambio climático; en cambio, crearía un clima novedoso en el que la relación entre el CO2 y las temperaturas de la superficie estaría desacoplada. Esto probablemente reduciría el contenido de proteínas de los cultivos y afectaría la ecología de las plantas de otras maneras que aún no comprendemos del todo. – Brendan Clark, ex estudiante de doctorado, Universidad de Rutgers
La necesidad urgente de realizar más investigaciones
Los autores del estudio enfatizan la necesidad crítica de realizar más estudios de campo y perfeccionar los modelos para comprender mejor las posibles consecuencias de la EFS. Advierten que implementar el SAI sin una evaluación exhaustiva de sus impactos podría tener repercusiones no deseadas y potencialmente dañinas en los sistemas alimentarios globales. La pregunta central que plantean es si la perspectiva de una reducción del calentamiento global justifica aceptar estas posibles compensaciones.
¿Estamos dispuestos a vivir con todos estos impactos potenciales para tener menos calentamiento global? Ésa es la pregunta que intentamos hacer aquí. – Alan Robock, profesor distinguido, Universidad de Rutgers
El equipo de investigación, que incluía científicos de la Universidad de Cornell, la NASA, la Universidad de Columbia y el Centro Nacional de Investigación Atmosférica, subraya la complejidad de la geoingeniería y la necesidad de un enfoque riguroso y basado en datos para la toma de decisiones. Está claro que cualquier consideración sobre el SAI debe tener en cuenta no sólo su potencial para enfriar el planeta, sino también sus posibles efectos sobre los cultivos alimentarios esenciales y las poblaciones que dependen de ellos para su sustento.
