Observaciones recientes confirman que el cometa interestelar 3I/ATLAS está mostrando signos de criovulcanismo (esencialmente, “volcanes de hielo” en erupción) a medida que viaja a través de nuestro sistema solar. Los hallazgos, publicados en el servidor de preimpresión arXiv, sugieren que este cometa, a pesar de originarse en otro sistema estelar, comparte sorprendentes similitudes con cuerpos helados encontrados en nuestro propio vecindario cósmico, como los que se encuentran más allá de Neptuno.
Composición y actividad del cometa
El estudio, dirigido por Josep Trigo-Rodríguez del Instituto de Ciencias Espaciales de España, examinó 3I/ATLAS a medida que se acercaba al sol. Los investigadores observaron una intensa sublimación (donde el hielo se convierte directamente en gas) y detectaron chorros de gas y polvo de alta resolución, lo que indica criovulcanismo activo. Este comportamiento es típico de objetos helados con calor interno, como los objetos transneptunianos (TNO), que son planetas enanos y cuerpos similares que orbitan lejos del sol.
La composición de la superficie del cometa parece parecerse a los meteoritos primitivos llamados condritas carbonosas, que se cree que contribuyeron con materiales esenciales para la vida en la Tierra. La sublimación es impulsada por el calentamiento del dióxido de carbono sólido (hielo seco), lo que provoca reacciones con los granos metálicos dentro del cometa. Este proceso revela un sorprendente parentesco químico entre 3I/ATLAS y los objetos formados dentro de nuestro sistema solar.
Por qué esto es importante
Esto es significativo porque 3I/ATLAS es sólo el tercer objeto interestelar jamás observado. Cada uno de estos encuentros es raro, lo que brinda a los científicos una oportunidad única de estudiar la composición y las condiciones de los sistemas planetarios más allá del nuestro. El cometa podría ser miles de millones de años más antiguo que nuestro sistema, lo que ofrece una visión del pasado profundo de la formación galáctica.
El descubrimiento también subraya los puntos en común de ciertos materiales y procesos en diferentes sistemas estelares. A pesar de su origen interestelar, 3I/ATLAS se comporta de manera similar a los objetos formados en nuestro propio sistema solar, lo que sugiere que los componentes básicos de los planetas y cometas pueden estar distribuidos por toda la galaxia.
Seguimiento y estudios futuros
El cometa 3I/ATLAS viaja a aproximadamente 137.000 millas por hora, lo que confirma su origen fuera de nuestro sistema solar. Saldrá de nuestro sistema el próximo año, lo que hace que las observaciones actuales sean críticas. Los investigadores estiman que el tamaño del cometa oscila entre 1.400 pies y 3,5 millas de ancho, con una masa superior a 660 millones de toneladas si su composición coincide con el material rocoso sospechoso.
Estudiar tales objetos no es sólo un ejercicio académico. Los cometas interestelares representan un peligro potencial de colisión, aunque el riesgo es bajo. Más importante aún, sirven como “cápsulas espaciales” que transportan información valiosa sobre la química y las condiciones en otras partes de nuestra galaxia.
“Estos son objetos extraordinarios… que contienen información valiosa sobre la química que ocurre en otro lugar de nuestra galaxia”. – Josep Trigo-Rodríguez.
La observación continua de 3I/ATLAS promete perfeccionar nuestra comprensión de los objetos interestelares y los procesos que dan forma a los sistemas planetarios en todo el universo.




























