Se ha observado una notable estrategia de engaño y guerra química en las hormigas parásitas: se infiltran en colonias de especies relacionadas, engañan a las obreras para que maten a su propia reina y luego usurpan su posición. Este comportamiento, que recuerda a la manipulación biológica vista en la ficción de terror, pone de relieve la brutal eficiencia de algunas sociedades de insectos.
La adquisición parasitaria
Se sabe que alrededor de 230 especies de hormigas son parásitas y explotan el trabajo de otros. Algunas especies matan directamente a la reina anfitriona antes de poner sus propios huevos, mientras que otras, como Lasius orientalis, emplean un método más insidioso: manipular la colonia desde dentro. Investigadores dirigidos por Keizo Takasuka de la Universidad de Kyushu en Fukuoka, Japón, documentaron cómo estas reinas parásitas desencadenan el derrocamiento violento de su anfitrión.
Guerra química y engaño
El proceso comienza cuando la reina parásita evade las defensas de la colonia, a menudo enmascarándose con el olor de la colonia anfitriona. Una vez dentro, ataca a la reina residente con un aerosol químico (sospechoso de ser ácido fórmico) lanzado desde un orificio abdominal. Esta sustancia química actúa como una señal, engañando a las hormigas obreras haciéndolas percibir a su propia reina como una amenaza.
Luego, las obreras atacan y matan a su reina madre, despejando el camino para que el parásito ponga sus propios huevos. Esta adquisición no es instantánea; se requieren múltiples ataques químicos y una agresión sostenida por parte de los trabajadores antes de que la reina anfitriona sea eliminada. Una vez que la reina parásita tiene el control, las obreras cuidan de su descendencia sin discriminación.
Ventaja evolutiva
Takasuka sugiere que esta estrategia proporciona una ventaja evolutiva significativa. “Si el parasitismo tiene éxito, permitirá a la nueva reina pasar por la vulnerable fase de fundación de manera mucho más segura que fundar una colonia sola”. La reina parásita evita los riesgos de establecer una colonia desde cero al secuestrar una sociedad funcional existente.
Implicaciones más amplias
Chris Reid, de la Universidad Macquarie de Sydney, Australia, subraya la dificultad de estudiar este tipo de comportamientos debido a que se producen dentro de nidos subterráneos ocultos. “Este tipo de trabajo de detective de historia natural es vital para mejorar nuestra comprensión de estos insectos súper importantes”.
Investigaciones adicionales podrían arrojar información sobre el control de especies de hormigas invasoras, que representan una gran amenaza para los ecosistemas de todo el mundo. Al comprender los mecanismos detrás de esta manipulación parasitaria, los científicos pueden desarrollar estrategias específicas para interrumpir estas adquisiciones destructivas.
La brutal eficiencia de la hormiga parásita subraya la lógica despiadada de la selección natural, donde la supervivencia a menudo depende del engaño, la manipulación y la voluntad de explotar a otros.





























