El medicamento contra el acné doxiciclina se muestra prometedor para reducir el riesgo de esquizofrenia

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El medicamento contra el acné doxiciclina se muestra prometedor para reducir el riesgo de esquizofrenia

Un antibiótico común utilizado para tratar el acné, la doxiciclina, se asocia con una reducción de aproximadamente 30 % en el riesgo de desarrollar esquizofrenia en personas que recibieron servicios de salud mental cuando eran adolescentes. Este hallazgo, procedente de una investigación dirigida por la Universidad de Edimburgo, sugiere un vínculo potencial entre las respuestas inmunitarias, la inflamación y los cambios neurológicos relacionados con la enfermedad mental.

El estudio y sus hallazgos

Los investigadores analizaron datos de más de 56.000 personas nacidas en Finlandia entre 1987 y 1997, que habían buscado atención de salud mental durante la adolescencia y se les recetaron antibióticos. Los resultados indicaron que los tratados con doxiciclina tenían una probabilidad significativamente menor (1,4%) de ser diagnosticados con esquizofrenia en la próxima década, en comparación con aquellos que recibieron otros antibióticos (2,1%).

El estudio no puede probar definitivamente que la doxiciclina previene la esquizofrenia. Sin embargo, la correlación observada apunta a la posibilidad de que los efectos del fármaco sobre el sistema inmunológico y la inflamación cerebral puedan desempeñar un papel protector. Esto es particularmente notable dado que la esquizofrenia a menudo surge al final de la adolescencia o al comienzo de los veinte años, y afecta aproximadamente a 23 millones de personas en todo el mundo.

Por qué esto es importante

El momento de una posible intervención es fundamental. Según el estudio, casi la mitad de todos los trastornos psicóticos se diagnostican en personas que previamente acudieron a servicios de salud mental para niños y adolescentes por otras afecciones. Esto significa que la doxiciclina (o antibióticos similares con propiedades neuroprotectoras) podría ser una medida preventiva en etapa temprana, abordando una afección en la que más de dos tercios de los pacientes no reciben atención especializada.

La ciencia detrás de la conexión

El vínculo entre la doxiciclina y el riesgo de esquizofrenia puede residir en su capacidad para cruzar la barrera hematoencefálica, lo que sugiere un impacto directo en la función cerebral. Otros antibióticos de tetraciclina, como la minociclina, han mostrado efectos neuroprotectores similares en entornos de laboratorio, reduciendo la poda sináptica excesiva, un proceso implicado en el desarrollo de la esquizofrenia.

El mecanismo exacto aún no está claro: ¿la doxiciclina se dirige a un elemento infeccioso subyacente relacionado con la afección o modula directamente la inflamación cerebral y las conexiones neuronales? Se necesitan más investigaciones para determinar el papel preciso del fármaco.

El panorama más amplio

La esquizofrenia es una enfermedad debilitante caracterizada por psicosis, delirios, alucinaciones y retraimiento social. Los hallazgos subrayan una comprensión cada vez mayor de la compleja interacción entre el sistema inmunológico, la inflamación y la salud mental. Si se confirma mediante estudios futuros, la doxiciclina podría ofrecer una nueva oportunidad terapéutica para prevenir la esquizofrenia en jóvenes vulnerables, una perspectiva que los investigadores llaman “emocionante” dada la actual falta de intervenciones preventivas efectivas.